Más flexibilidad en las autorizaciones de las nuevas instalaciones; el mismo compromiso para la reestructuración de las existentes. Afortunadamente, los compromisos de la OCM (organización común de mercado) responden a lógicas europeas de programación plurianual y no sufren la volatilidad de la política nacional.
Así, el decreto ministerial del pasado 12 de diciembre, firmado por el jefe de departamento Giuseppe Blasi, ha confirmado también para el 2025/26 la misma asignación financiera de los dos años anteriores, en los que la medida de renovación de viñedos sigue llevándose la mayor parte, adjudicándose el 44% de los recursos totales, poco más de 144 millones de euros (ver tabla).
| Intervención | Asignación |
| Promoción en mercados extranjeros | 98.027.879 |
| Reestructuración y reconversión de viñedos | 144.162.895 |
| Vendimia verde | 4.805.418 |
| Inversiones | 57.665.151 |
| Destilación de subproductos | 19.221.657 |
| Total | 323.883.000 |
El plazo para la presentación de solicitudes está fijado para el 28 de febrero y las regiones tienen 4 meses y medio para completar la instrucción y comunicar los compromisos al ministerio antes del 15 de julio. Una intervención que se ha vuelto rutinaria, pero que este año merece más atención debido a la crisis geopolítica, climática y comercial que está afectando al mundo del vino, lo que ha llevado a la autoridad central a otorgar mayores márgenes de maniobra a las regiones tanto para la medida de reestructuración como para las inversiones.
Más margen de discrecionalidad para las regiones
El decreto Masaf del 635206 del pasado 2 de diciembre amplía de hecho el poder discrecional de las regiones, que pueden gestionar la medida mediante sus propias resoluciones, definiendo las áreas afectadas, las categorías de beneficiarios, las variedades y las formas de cultivo a las que dar prioridad. Una oportunidad que no se puede perder (o al menos así debería ser).
Adaptarse (rápidamente) para no extinguirse.
Esta es, después de todo, la ley fundamental de la evolución y también se aplica al viñedo. La crisis de las grandes denominaciones francesas, con la fuerte caída de Champagne y Borgoña y los arranques masivos en Burdeos, son el síntoma más visible de la revolución en curso en el mundo del vino. La necesidad, en muchas áreas vitivinícolas, de una renovación específica de las instalaciones se ve agravada por el impacto del cambio climático y el repentino cambio en los estilos de consumo de vino.
Las nuevas tendencias
Sostenibilidad, salud, territorialidad: son las tendencias dictadas por los millennials y la generación Z, los nuevos polos magnéticos que reorientan la brújula del mercado mundial. En comparación con Francia, nuestro país tiene más alternativas y puede satisfacer estas necesidades jugando la carta de su biodiversidad varietal. VCR, Vivai Cooperativi Rauscedo, lleva 60 años comprometido con su protección y valorización a través de la selección clonal y la mejora genética. Los 14 varietales resistentes al mildiu y oídio, desarrollados junto con la Universidad de Udine, permiten combinar sostenibilidad ambiental y calidad enológica logrando los mejores resultados en la reducción de la huella de carbono. Los nuevos patrones de la serie M desarrollados junto con la Universidad de Milán son la respuesta más efectiva en términos de resistencia al cambio climático.
Los más de 540 clones homologados por VCR garantizan la variabilidad de la que se puede extraer para satisfacer la creciente demanda de vinos con bajo contenido alcohólico natural. Las regiones hoy tienen mayor discrecionalidad en la asignación de recursos para la medida de reestructuración de viñedos. Se espera que utilicen este nuevo superpoder para fomentar la difusión de las variedades, clones y patrones más eficientes en términos de calidad y medio ambiente.
Para más información: www.vivairauscedo.com
